viernes, 7 de marzo de 2014

Oriente y Occidente: la fecundación entre culturas






En la actualidad se da un cruce paradójico: Los orientales sueñan con el paraíso del consumismo, mientras muchos occidentales se desengañan del frustrante estilo de vida que supone su modelo de desarrollo. ¿Pueden llegar Occidente y Oriente a combinar sus visiones culturales?.

"La relación entre Oriente y Occidente es una necesidad cuando tantos dilemas atenazan a Occidente: Problemas ecológicos globales como la contaminación, la superpoblación y el agotamiento de recursos naturales, son de gran complejidad y requieren respuestas no sólo científicas, sino filosóficas. La solución de muchos de los problemas de Occidente requiere un cambio considerable en la visión del mundo. Y en este cambio podría ser una ayuda fundamental la aportación de Oriente en sus concepciones integradoras, en su enfoque sintético. Nos facilitaría el paso de nuestro dualismo estático y cartesiano a una filosofía basada en el cambio.

Los orientales conciben la realidad como evolución permanente. No existen objetos separados sino fenómenos y relaciones de cambio continuo. Caos y creación son para ellos algo complementario, las dos caras de una misma realidad: la cantera se destroza para crear una catedral. Para los orientales las cosas se producen por el equilibrio efímero de las fuerzas ying y yang, dos aspectos de una realidad única. El día y la noche son dos estados análogos de una misma cosa. Cuando se llega al final, el principio comienza. De la danza de los opuestos surge la armonía.

En Occidente se ha impuesto una lógica -desde los griegos- que excluye la metamorfosis; hemos hecho distinciones, separando las cosas y definiéndolas como objetos, esencias y conceptos.

Mientras en Oriente, la creación y su concepto del tiempo son de naturaleza cíclica, en Occidente, adoptamos el mito sumerio y judío de una creación lineal. El universo y el hombre surgidos como un acto único de Dios: separamos creador de creación mientras los orientales postulan un ser que segrega y recoge el universo.

Las dualidades son la característica básica de la mentalidad occidental: sujeto/objeto, cuerpo/espíritu, mente/materia, creador/creación. El cuerpo y el espíritu, por ejemplo, para el occidental son dos cosas distintas, y casi siempre en conflicto, mientras que para el oriental son polos, una misma sustancia percibida por diferente canal de percepción.

Para Occidente la naturaleza es algo que se debe dominar y explotar. Esta actitud es la raíz de la crisis medioambiental de nuestro tiempo.

"El progreso ha causado peligrosos desequilibrios. Son daños físicos pero también mentales: la infelicidad. Habría que cambiar el énfasis y dedicar las energías al progreso de la persona, para que la calidad moral del hombre se ponga a la altura de los adelantos técnicos. Una nueva cultura basada en el equilibrio. No entender el progreso sólo en términos materiales sino ir a la vez desarrollando la sensibilidad. Occidente, desde que mordió el anzuelo del consumo ha perdido la noción de lo que es la felicidad", dice Racionero.

La necesaria fertilización entre las dos concepciones ya la expresó con claridad el filósofo Bertrand Russell: "El mérito de nuestra civilización es el método científico y el mérito distintivo de los chinos es una concepción justa de los fines de la vida. Son estas dos cosas lo que uno desearía ver unirse gradualmente". 
Maria José Atiénzar








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